
Así
que la popular imagen de un indio con las piernas cruzadas ante un
cesto con una cobra que la hace bailar tocando la flauta no es cierta.
No del todo, al menos, ya que
la serpiente se mueve guiada por el movimiento de la flauta y no por el sonido
que ésta emite. Su oído se ha degenerado hasta el punto de que faltan
el tímpano, la cavidad auditiva y la trompa de eustaquio.
Pueden captar vibraciones con los huesos del oído interno que aún les quedan, pero no sonidos.
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