Bien sabido por todos es que los bomberos suelen utilizar perros en la labor de búsqueda entre los escombros.
Los científicos de las universidades de Loughborough (Inglaterra), Dortmund (Alemania), Atenas (Grecia) y Babe-Bolyai (Rumanía) han fabricado unos sensores capaces de detectar estas sustancias segregadas por el cuerpo, podrían facilitar notablemente la búsqueda de personas atrapadas en edificios derrumbados, muchas veces a causa de desastres como terremotos y otras catástrofes.
Realizaron un simulacro en el cual 10 personas deberían ser entre los escombros de un edificio formado principalmente por hormigón y cristales, obviamente no sufrían peligro en ningún momento. Mediante los sensores pudieron detectar rápidamente la presencia de dióxido de carbono y amoniaco en el aire que estaba entre los escombros. Además, se hallaron otros componentes orgánicos volátiles como son la acetona y el isopreno, generados también por el cuerpo humano.
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